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HAMER BOLAÑOS FLAKER
(Cali, 6 de febrero de 1935- Palmira, junio 19 de 2002)
Un Palmirano por adopción y corazón, nació en la vecina ciudad de Santiago de Cali el 6 de febrero de 1935, donde realizó estudios en la Escuela de Bellas Artes, Antonio María Valencia, posteriormente continuó sus estudios en la Escuela de Artes la Esmeralda de la ciudad de México D.F. Persona sencilla y amante de nuestra ciudad, como lo afirman sus propias palabras “Soy amigo de todo el mundo, ando siempre a pie. Camino las calles de Palmira”
Sus obras engalardonan la ciudad, en colecciones privadas o en las zonas públicas como el museo peatonal del parque lineal, el parque de la iglesia de la Santísima trinidad o la del costado oriental del Auditorio Hernando Patiño Cruz de la Universidad Nacional de Colombia.
Su obra no se limitó a los acrílicos en su movimiento indigenista, o en sus paisajes, está en el corazón de miles de personas que recibimos de él sus conocimientos del “circulo cromático” o en los trazos de perspectivas dados en su docencia a los estudiantes en el Colegio de Cárdenas.
Su aporte y trayectoria cultura ha sido reconocido al aparecer en la primera edición del libro "El Lenguaje Plástico en Palmira"
Algunas Exposiciones
· Palacio de Bellas Artes – Cali – Colombia. 1964
· Hotel del Prado – Barranquilla – Colombia. 1964
· Casa de las Américas – Lima – Perú. 1967
· El Grifo Negro –Bogotá – Colombia. 1968
· Las Antillas – San Juan – Puerto Rico. 1968
· Casa de la Cultura – Cuenca – Ecuador. 1972
· Club Internacional de Prensa – Madrid – España. 1972
· Galería 452 – San José – Costa Rica. 1974
· Paos Galería – San Salvador – San Salvador. 1975
· Art Nouveau Galería – Caracas – Venezuela. 1976
· Casa de la Cultura”Ricardo Nieto” – Palmira – Colombia. 1977
· Cultura Hispánica – Mexico D.F. 1978
· Centro de Convenciones – Campinas – Brasil. 1979
· Museo Arqueológico La merced – Cali – Colombia. 1981
· Woodstock Gallery – Londres – Inglaterra. 1982
· Kurhauses – Wiesbaden – Alemania. 1983
· Privat-Galerie Pustowka – Hamburgo – Alemania. 1987
· Deutsch-Ibero Amerikanische – Frankfurt – Alemania. 1988
Algunos Premios
· Festival Nacional en el Conservatorio de Bello – Antioquia. 1963
· Fiesta Nacional de la Agricultura –Palmira – Colombia. 1966-67-68
· Museo Nacional “Guillermo Valencia” –Popayán – Colombia. 1970
· Homenaje de gratitud “Unión General de Autores
y Artistas del Salvador “UGASAL” –El salvador. 1975
· Homenaje de gratitud Casa de la Cultura “Ricardo Nieto”
Palmira – Colombia. 1982
· Honor al mérito Cámara Junior de Palmira – Colombia. 1983
· Honor al mérito Concejo Municipal –Palmira – Colombia. 1985
HAMER BOLAÑOS
Para definir y enunciar su expresión artística se retoma un texto del Folleto “Expresiones” de la exposición organizada por la Fundación ARTE BALCÓN:
“…
El maestro Bolaños es el pionero del movimiento indigenista a nivel pictórico, donde la estética enmarcada en el espíritu contemporáneo profundiza en las raíces culturales de nuestros ancestros indígenas, soportándose en cromatizaciones para lograr el surrealismo mágico de nuestro acervo aborigen; plasmando los mitos, las leyendas y las deidades de nuestro legado cultural en su llamativa y exuberante producción artística.
Su obra ha sido bien referenciada en los cículos del arte especializado y ha obtenido meritorios premios en los departamentos de Antioquia, Valle y Cauca; recorriendo Casa de la Cultura, Galerías y demás sitios, a lo largo y ancho de la geografía Colombiana.
Así mismo su exótica pintura, cual trotamundos, viajó por los continentes siendo expuesta en Europa (España, Alemania, e Inglaterra) en Centro América (Costa Rica, El Salvador y México) en Sur America (Venezuela, Ecuador, Perú y Brasil) y en el Caribe (Puerto Rico y Aruba).
Bolaños también pintó paisajes sin perderse de su propuesta central, rica en colorido y composición, donde los ritos y los símbolos sobre atmósferas misteriosas, confieren movimiento y/o velocidad a las formas abstractas que artísticamente son la representación milenaria de la primogenia ancestral de nuestras raíces culturales.
HAMER BOLAÑOS, fue un investigador de las culturas y costumbres tribales de América, conjugando magistralmente la antropología con los componentes conceptuales del arte prehispánico, adicionando elementos espirituales de la naturaleza, fusionados con creencias o mitos poco conocidos del pasado indígena; para así, darle vida con su obra a nuestro invaluable ancestro cultural casi perdido en su totalidad en los anales de la historia.
La importancia de la obra del maestro Bolaños para el arte universal es evidente por su trascendencia cultural y por ser el precursor del movimiento pictórico indigenista en Latinoamérica; y sobre todo, por luchar con orgullo por reivindicar y rescatar nuestro legado aborigen, logrando a través de su pintura difundirlo ante el mundo moderno.
El maestro Bolaños dedicó su vida al arte, cimentando una propuesta de concepción milenaria que se niega a desaparecer, que permanece en su legado y que perdurará a través de su obra.”
En palabras de Alexander Escobar Melo:
"Poseer cualidades para la ejecución de algún arte no es suficiente para ser artista, aun cuando esas condiciones sean asombrosas y las consideremos como “Talento”. Así debió saberlo Hamer Bolaños, o dicho de forma más adecuada, aprenderlo.
El cruce inevitable del Arte con el modus vivendi es uno de los momentos más inciertos para el desenvolvimiento del artista. Del relativo éxito obtenido para sortear esta situación dependerá la constancia creativa y el afianzamiento de un estilo dinámico que madura entre obra y obra. Caso contrario, se asistirá al desvanecimiento de un proyecto de artista, a la esterilización de un talento.
En 1967, Marco Fidel Chávez escribía sobre el maestro Bolaños: “Un Van Gogh de hoy sería la solución para este candidato a Independiente que se me había perdido hace dos años, por lo menos, y que ahora lo reencuentro en trabajos que le pueden resolver su modus vivendi pero le quitan tiempo para la creación”. Para ésa época, Bolaños contaba con treinta y un años de edad.
Por fortuna, el maestro domesticó, en gran medida, su sustento material, y a fuerza de pinceladas lo articuló a su cotidianidad artística, como si se tratase de una faceta más del arte que desarrollaba. Pero para que ello sucediese, necesitó de la sensibilidad y complicidad de personas como Emperatriz, su esposa, una mujer que siempre estuvo presente cuando “el modus” y “lo vivendi” se tornaban inciertos, amenazantes para el pintor.
Indudablemente estos aspectos influyen de forma notoria en la obra del artista. Pero no ahondaremos en ello, no nos corresponde. Basta con decir que en la obra de Bolaños está inscrita su vida, acompañada de otras voces tanto universales como locales. Nos compete, más bien, disfrutar de la textura de sus trabajos, cuya singularidad sobrepasa las expectativas de la técnica: recupera la memoria de nuestros antepasados, nos involucra con la fertilidad, el erotismo, la selva y la cotidianidad.
Hoy más que nunca sabemos que el maestro no se ha ido. En lo cotidiano de su obra se encuentra atrincherado, en la textura y el color de un trópico en constante devenir".
Según Rubén Astudillo y A.:
BOLAÑOS: MAGIA Y REALIDAD
Tanto en las acuarelas como en los acrílicos, Bolaños es un pintor de austeridad, especial, en el manejo del color. Austeridad que de no ser por la capacidad del artista, para ofrecer nuevos ángulos y nuevos tratos en la ejecución, volvería monótona la muestra. Cada una de estas series y las dos en conjunto tiene un nexo, una línea de identificación técnica y motivatoria, que vuelve mucho más atractiva esta obra. Este nuevo y apasionante mundo plástico.
De las dos series, la de las acuarelas ofrece – para el espectador común- mucha mayor facilidad en lo que a captación se refiere. No se trata, como ya dijimos, de figurativos; no. Bolaños ha tomado el mundo exterior, el paisajético. Lo ha transmigrado dentro de sí. Y lo devuelve. Un mundo más dulce. Más suave. En tonos y líneas que se esfuman. Que se entregan y esconden al mismo tiempo. Un mundo –como todas las cosas amables- que nos llega y se aparta. Que nos tienta e invita. Que se acerca y, cuando estamos seguros de tenerlo, se aleja. Una pintura canción, dicha a media voz, como las palabras de amor ante los oídos de la mujer amada, estas bellas acuarelas de Bolaños.
Los acrílicos son otra cosa. Cuadros que invitan a la furia y al amor, que danzan entre el rojo y el negro, como en vísperas del alumbramiento de algo que siempre estuvo por venir, pero que… todavía sigue en la era del anuncio, aquellos que todos, consciente o inconscientemente, queremos que lleguen a ser. O como esperamos que lleguen a ser; cuchilladas de luz, abriéndose paso entre las sombras. Pugnando por salir del caos.
Los acrílicos que muestra Hamer Bolaños se inscriben en la línea de la pintura de acción “action panting”. Una pintura de acción a la que le falta espacio para lograr desarrollos más amplios y vigorosos, pero que tiene sentido plástico seguro.
El profesor caleño se nos presenta atraído fuertemente por el color, y por el color rojo. Para los fondos –generalmente poco trabajados- prefiere azules. Color vivo y ritmos son las claves de su arte. Ritmos de pincelada –acaso brochazo- amplio, de trazo circular, en veladuras. A veces sobre esos movimientos circulares traza líneas gruesas de textura.
Los ritmos de Bolaños sugieren una preocupación espiritual, acaso esotérica, Cósmica, ciertamente, en el caso de unas obras que sonesferas flotando en el vacío, en las que entra el color verde, con mucho afecto.
SUS OBRAS
